miércoles, 25 de mayo de 2011

Carne y Furia


Carne y Furia

entre tus restos.

Carne solo porque sangras…

Furia porque hay palabras que no guardas.

No respetas el susurro

y vendes todo tu mundo

entre caricias que delatan

que tu soledad es el presente

de una errata del cariño;

Una pestaña contra el mundo ;

Un segundo mantenido en el olvido;

Un desprecio en el pasillo

por el que paseas desnuda …

Hablas de lo escrito

y te pierdes

entre mares de la duda

más obscena.

Carne y Furia…

Eres sedosa luna

que controla las mareas.

Vuelvo a sentir ese abrazo,

esos besos acelerados…

Hoy, más que nunca

te vuelvo a sentir

como Judas en la última cena.

Asco… Rabia.

Ira… pena.

Mientras, acurrucada esperas

y equilibras el tormento.

Dibujas con los dedos,

serpenteantes, líneas en la arena

que troquelan tu figura

en una parcela del pasado

donde la cristalina distancia

entre bendita piel y mundanal tacto

se mide en kilómetros cuadrados.

Carne solo porque lloras…

Furia porque amas lo pagano.

Miras a tu rey y, entre gritos,

ávidamente proclamas

tener su corona entre tus brazos.

Y mientras, la tuya colgada

en la esquina de la cama…

…Recordántote…

… que…

Eres Carne cuando sientes….

… Eres Furia cuando amas.


jueves, 5 de mayo de 2011

Muñecas rotas


Ahora son muñecas rotas…

Tristes juguetes en manos sudorosas

de niños tristemente eternos.

Victimas de infiernos de escaparate.

Comida para bocas entreabiertas

que muestran sus encías rosas

y arrancan con viles dentelladas

sus vestidos de encaje.

No importan las palabras

pues se han transformado

en macabras canciones de cuna.

Ni tan siquiera importan

los gestos que ensayaste

en el espejo de la locura.

Pues cuando la piel es porcelana,

por mucho pétalo que la envuelva,

tiende a agrietarse …


¿Te preguntaste alguna vez

ahora que hacer?.

¿Ahora, que la saliva está muerta? .

¿Ahora, que lo que queda en tu tez

es una lágrima reseca?

Ahora …

Que no eres nada .

Ahora …

Que la vida se reduce al estante,

a la vitrina, desde la que observas.

Ahora …

que voluntad se reduce a otra voz

y a la conciencia muerta.

Ahora …

que otras manos llevan las partes,

todas esas piezas sueltas,

que dejaste en el camino

que hoy lejano y extraño recuerdas.


Ahora son muñecas rotas …

De esas que dan miedo

y a las que nadie quiere agarrarse.

De esas que devoran lustros

soñándose seres de carne.