Uno nota como se pudre el papel
y es que cada vez hay menos motivos…
… menos oídos.
Se cansaron de escuchar tus delitos;
será que te ven sonreír
y tratar salir del agujero,
beber de ese aguacero
que refrescó aquel terror
y enfermo de contradicción
creé este mundo malnacido.
Y todo es
un “Tú estás”…
… y un “Yo me voy”.
Un leve masticar
y un “Tú lo escupes”.
Quizás siempre supe
que todo es un problema
para hartarse de respirar.
Por eso inundé de trazas de rencor
cada oración y palabra.
De pedazos de cristal ahumado
todas las miradas.
Y poco a poco se desconecta
corazón del alma estándar,
se construyen, casi sin saber,
los cimientos de una casa
que luce, hoy por hoy, deshabitada.
-“¿Por qué no escribes?”
-“Porque apenas entiendes nada”