lunes, 31 de mayo de 2010

No es culpa de este cosmos (Homeostasis)


No es culpa de este cosmos

si alabastros se alojaron

en tus ojos …

Si el rojo de tu vestido

ahora reside en las retinas,

donde no existe el tiempo…

Si ahora bebo en cantinas

hasta apagar el aliento,

que ha traído las palabras

que escalabran sentimientos,

todos los dolores

condensados en el fuego.

Soy salvaje …

o al menos,

Soy muy diestro …

En eso de ser lobo

y buscar en la espesura

los brazos que hoy acunan

una luna llena

no carente de sus brillos,

y seguir la comisura

que sirve de distancia

entre un te quiero y un delirio …

entre los besos y un “Te olvido”.

Homeostasis …

entre aquella niña que se olvida

del enojo en el espejo,

y ese niño que se cree

el gran perro rojo,

que camina entre las ruinas

y las minas detonadas

que causaron el destrozo.

Soy …

Ese pozo en el que miro

y distorsiona mi reflejo.

El Chantajista que negocia

por conocer sin prisas

las aristas de tu cielo.

Soy el encargado en

decorar esas paredes

con un sollozo eterno.

Soy artista en escribir

lo que no ha escrito la marea

en alas de un temporal tan lento.

Lo que no ha escrito tu mirada

y quedó flotando como pétalos,

de ceniza acumulada,

suavemente a ras del viento.

Soy ese perro de perrera

y convivo como puedo

con una áspera espera

de ese que será vela,

hasta atracar en la arena,

soplada por la extensión

de tus silencios…

Valió la pena ser monumento

en el jardín de tus recuerdos.

Valió la pena ser página

de aquel bestiario de los cuerdos.

Valió la pena ser delirio

de sueños estancados.

Soy testigo del delito

cometido por tus manos,

de la tortura que en mi cuello

infringen esos labios

partidarios de hacerme escultor

de cada curva de tu ser.

No es culpa de este cosmos …

Es culpa del placer …

Es culpa de querer ser victima

de un nudo entre tus brazos,

amarrado a ti, cada amanecer.

Volverte a repetir…

No es culpa de este cosmos

sino de otros sentimientos …

Evitar que el Sol despierte …

Alargar ese momento,

donde aprendo poesía

de cada poro de tu cuerpo.

Evitar que tú te vayas…

que las rayas de las sabanas

no sean la mezquina jaula

y tu ausencia mi aislamiento.

Este tango… sigue sonando…

Nuestro tango… sigue viviendo…

Nuestra cama es una constelación

que crece ornamentando el desvelo.

No es culpa de este cosmos…

…Pues siempre seremos astros más extensos.

3 comentarios:

  1. Gracias por ser culpable y participe de mi aplauso, porque es lo que he hecho al acabar de leer esto.
    Mi más sincera felicitación.
    Es un placer leerte.
    Stendhal.

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  2. Pero qué maravilla, señor Brun.
    Cada vez que te leo solo me arrepiento de no poder hacerlo con más frecuencia, me has dejado de piedra. Echaba esos poemas tuyos que dejan varios escalofríos simultáneos en mi alma. Sin duda es terriblemente reparador.
    Un beso.

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  3. Hola Daniel, ¡excelentes tus poesías! tan excelente como que cites entre tus auores preferidos a mi magnífico compatriota el Conde de Lautrémont. Abrazos

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