lunes, 2 de noviembre de 2009

Mirando a traves del cristal (del fondo del vaso)


-¿Que va a ser?

-Ballantines... lo de siempre.

Es fácil volver a beber en los vasos que bebimos anteriormente, no porque hayan quedado las manchas de carmín de sus labios en ellos, sino porque ya sabemos lo que se ve tras el cristal mientras consumimos el contenido... de poco en poco... de frase en frase.

Siempre escuché hablar del árbol de la ciencia. Es curioso, siempre me lo imaginé como un Biomecanoide alimentándose de materia viva de los grandes cerebros de la humanidad: Einstein, Thompson , Voltaire ... Vamos, la representación perfecta de un texto de Lovecraft retratado por Giger.

Pero lo que nunca entendí, ni imaginé, es la leyenda del árbol del amor. La escuché en algunos bares y tabernas de mala muerte en la que se reunían enamorados, bohemios, borrachos y presos absolutos de la noche. Veía jeroglíficos, rodeados por corazones roídos, escritos en mesas de madera sobre las que se apoyan copas y botellas. Por la hendidura de las marcas se deduce que podrían haber sido hechas con las uñas, posiblemente esas que crecieron debido a un tacto virgen, aun inexperto... Todos tenemos nuestros fallos.

Leí poemas de amor y presencié lagrimas de esperanza en la puerta, de ese sucio baño, de ese Bar, posiblemente de un ser al que no le sentó bien la sangre de Baco.

Todos dicen que beben para olvidar...

Bebemos y acabamos con la imagen de una Darling despidiéndose de nosotros con la mano. Otras solo nos dejan una nota con el eterno:"Que te vaya bien".

Podía perder la cuenta de las horas que habían transcurrido desde que estaba apoyado en la barra, podía contar el tiempo en vasos. Pero no podía ver ese árbol del amor del que tanto se habla.

La televisión al fondo brillaba, se mantenía encendida, pero sus altavoces permanecían enmudecidos. Una decena de ojos se clavaban en esa falsa ventana de imágenes.

Pobres diablos... viven en su infierno personal. Comparten sitio, piso y copa con su "Diabolis interium" . Pregúntales:"¿De qué habla el Telediario?" ... no sabrán que responder. Sus enrojecidos ojos, sus sudores, están inmersos y vertiéndose en otro espacio, en otra realidad. No muestran ni la ligera atención a la pantalla.

Yo también suelo surcar otros orígenes, suelo merodear en otros recovecos mentales pero puedo responder a cualquier cosa.

- ¿Cuanto tiempo llevas aquí bebiendo?

-7 vasos... 8 si contamos el que tengo la mano. Pero no te preocupes, me invitaron a los 2 primeros.

-¿Cuantas actrices pasaron por tu película-vida?

- Pfffffff...

Rectifico... puedo responder a casi cualquier cosa.

Actrices...

Las señoritas de la noche. Okupas en la mente del despiadado que se intenta suicidar con este matarratas que llaman whisky. Las que una vez estuvieron ahí, viéndonos entrar por la puerta y dirigirnos directos hacía ellas. Les dimos un beso de despedida... Si hubiésemos sabido que después de ese no habría otro lo habríamos alargado. Créeme aun seguiría besándote.

Actrices...

Magdalenas que lloran la marcha de un mesías cobarde, aquel que no se quiso quedar. Otras plácidamente dormidas en una cama de sabanas de seda, entre edredones de plumas, que saben que no deben temer al mañana, el futuro no les hará daño... ni a ellas... ni a él.

Bebo muchas noches con corazones rotos. Me conozco todas las historias posibles... Todos los desenlaces , y ya ninguno me escandaliza. Todos los días una cara nueva entra con pedazos de cristales rojos clavados en el pecho y grita con valentía: "Ponme uno doble.... Soy libre!!!".

Sí, eres libre... y preso de tu propia libertad, el mejor compañero de la soledad. Veras... espera unos meses...sabrás de qué te hablo gilipollas.

Es jueves y eran las 2:30 de la noche. El Bar ya estaba casi vacío, termine la 9º copa y me dirigí de nuevo al baño. Y mientras meaba leí, por el espejo, de nuevo la poesía que el enamorado dejó en ese cuarto de baño. Esa vez percibí varias faltas de ortografía. Tiré de la cadena. Recogí, del baño de señoras, un lápiz de labios ,rojo carmesí, y corregí las faltas.

Salí del baño titubeando y volví a la barra. Con un esfuerzo sobrehumano articule lo más parecido a una frase:

-Ponme otra. Lo de siempre...

-¿Ballantines?

-No. Sangre y espuma.

Después de esa frase tan incoherente lo más normal es que no te sirvan más y te manden de vuelta a tu cueva.... Era de esperar.

Mientras me dejaba llevar cuesta abajo por la calle, zigzagueando, parándome a reposar en algún banco, pensaba el por qué estaba esa noche tan solo... La respuesta la encuentro en la experiencia .

Conozco a muchos seres capaces de sentarse, mirar, beber y escuchar mis penas. Es más, conozco muchos que saben hacer que oyen por unas copas , pero ellos tienen sus vidas, bastante tienen con su existencia, y mejor que estén solos a que se encuentren ante mi mala compañía.

Llegue al portal abrí la puerta con dificultad y casi a gatas tomé el ascensor. Una vez allí ya estaba todo controlado. Me miré al espejo, del ascensor, apenas sin reconocerme y recordé todas las muecas siniestras que tantas veces he reflejado en cada espejo.

Frente mi puerta... llegaba el fin de la noche...

Metí la llave como pude y para mi sorpresa la puerta se fue abriendo, poco a poco, sin emitir ningún ruido. Levanté la vista y allí estaba ella.

-Lo siento niña. No pongas esa cara... ya sé. Estoy hecho un asco. Creo que necesito una ducha... y un afeitado tampoco me vendría mal. Mañana mandaré la chaqueta a la tintorería.

He vuelto... Eso es lo importante, no el estado... ¿No?

Después me acosté sin quitarme la ropa. Tumbé mi cuerpo sobre la cama y mientras el techo daba vueltas... comencé a ver mariposas que volaban en circulo .

Quise asociar todo esto al amor... No al delirium tremens.


2 comentarios:

  1. "Nunca he sentido igual una derrota,
    que cuando ella me dijo: se acabó.
    Nunca creí tener mi vida rota,
    ahora estoy solo y arrastro mi dolor.
    Y mientras en la calle está lloviendo,
    mis lágrimas se mezclan con alcohol,
    dame otra copa, aún estoy sereno,
    quiero beber hasta perder el control.
    Cuántas veces soñé que regresabas
    y en mis brazos llorabas por tu error,
    luego un ruido del bar me despertaba
    y el que lloraba entonces era yo.
    Y mientras ella está con otro tipo,
    mis lágrimas se mezclan con alcohol,
    ella se fue, ¿por qué no me lo dijo?
    y siento que mi vida se acabó."
    (LOS SECRETOS)

    Tu fábula me ha hecho recordar la letra de esta canción y a toda esa inmensa cantidad de personas que noche tras noche intentan ahogar sus penas de amor en un vaso de alcohol. Lo malo es cuando el anestesiante efecto del olvido desaparece y vuelve la dura realidad que nada consigue borrar.

    Tu texto me ha emocionado, es una perfecta mezcla de crudeza y sensibilidad: la vida misma.

    Un beso.

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  2. Muchas gracias por el comentario!!!!!!

    Un beso

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