domingo, 13 de septiembre de 2009

¿Hay alguien ahí?


Y todavía preguntan (preguntaran) si sigo escribiendo o si mis noches siguen proyectándose en luces verdes, de neón, y brillos anaranjados. Callaré... solo para recordar que mis noches son silenciosas pese a acompañarlas de susurros y juramentos a los espectros que yo mismo he creado.
Reirán y esquivaran cada una de las "locuras" solo para evitar tener que verlas (oírlas, leerlas) de nuevo. Pasaran ante mis ojos como el humo, que ahora mismo expulso y hace lagrimear mis ojos, y los fugaces chispazos de luz que algún día di , que algún día tuve.
Consultaran sobre lo onírico de sus pensamientos y yo que siempre tuve un consejo, me veré abordado por la despreocupación y morderé mi lengua para mantener mi bocaza cerrada. Tratare de mantener mi temperatura por debajo del cero absoluto y con una mueca, que no necesita descripción, explicare que reconozco un sueño cuando no lo alcanzo y una pesadilla cuando la vivo. Cada cual que despelleje su conciencia.
Las miradas olvidaran el espejo y el reflejo que un día les dio. Igual que olvidan las palabras que un día dijeron, e incluso elaboraron, sacadas de lo que se dijo en ese momento que era su ser. Mi condena es recordar tanto las suyas como, las quizás mal dirigidas, dichas por mí.
Se quejaran de su condición. Lamentaran que su arte no esté permitida a la mayoría. Pero seguirán olvidando que ese camino lo recorren muchos junto a ellos... pero nunca quisieron mirar a la derecha e izquierda para ver quien caminaba a su lado. Por eso siempre están solos y su vergüenza les impide crear.
Catalogaran sin querer ser catalogados...
Juzgaran sin querer ser juzgados...
Terminaran, cada vez que te vean, preguntándote si sigues escribiendo.

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